lunes, 25 de abril de 2011

POSIBLE COMPARACIÓN: estética de las calles y fachadas de París

Las transformaciones de París durante el Segundo Imperio constituyen una serie de modernizaciones vividas por la capital francesa de 1852 a 1870 y llevadas a cabo por Napoleón III y el barón Haussmann.
Los trabajos se llevaron a cabo en toda la ciudad, tanto en el corazón de París, como en los barrios periféricos: calles y bulevares, restauración de fachadas, remodelación de los espacios verdes, mobiliario urbano, creación de un alcantarillado y trabajos de conservación en monumentos públicos.
Esta reforma urbanística fue violentamente criticada por algunos de los contemporáneos de Napoleón III, aunque acondicionó el uso diario de las calles por parte de los ciudadanos. Esta obra puso el fundamento de la representación popular de la capital francesa al mundo, sobreponiéndose a los estrechos callejones del viejo París y creando anchos bulevares y grandes plazas.

1852: Un emperador modernista frente a una ciudad medieval 

A mediados del siglo XIX, el centro de París tenía la misma estructura que en la Edad Media. Entre otros, algunos de los problemas que tenía la distribución urbanística de aquella época, eran, por ejemplo, almocárabes, de calles minúsculas, que trababan la circulación o edificios que se amontonaban en una insalubridad que ya denunciaban los primeros higienistas de la época.

Antes de la remodelación urbanística de la que estamos hablando se produjeron algunos trabajos de restauración en las murallas en los barrios periféricos, pero no se había podido tocar el corazón de la capital francesa. Algunos ejemplos de como era el París de antes de la remodelación se pueden encontrar en los miserables o Nuestra Señora de París.

Las primeras tentativas de modernización


Luego de la Revolución Francesa, en 1794, una «comisión de artistas» propone un plan de remodelación que incluía nuevas calles de en la ciudad de París. Una calle debe unir en línea recta la plaza de la Nación a la gran columnata del Louvre, en la prolongación de la actual avenida Victoria: prefigura el futuro gran eje este-oeste y demuestra una preocupación de dar mejor valor a los monumentos públicos.
Napoleón I acondiciona una calle monumental a lo largo del Jardín de las Tullerías. Es la calle de Rivoli, que el Segundo Imperio prolongará hasta Châtelet y en la calle Saint-Antoine: este eje será más eficaz según el plan de la circulación, que el del plano de los Artistas. Coloca también un instrumento jurídico: el ordenamiento de urbanismo por el cual los propietarios pueden renovar o reconstruir los edificios sólo retirando su fachada detrás de una línea fijada por la administración. Esta disposición será suspendida no obstante se llevará a cabo un ensanche y una regularización de las vías públicas en un plazo razonable.
A fines del año 1830, el prefecto Rambuteau comprueba las confusiones de la circulación y los problemas de higiene que hay en los viejos barrios superpoblados: hace falta «hacer circular el aire y los hombres». Traza primera la gran abertura en el centro de París, pero el poder de la administración es limitado por las normas de expropiación. La ley del 3 de mayo de 1841 se esfuerza por facilitarlos. Es sobre la base de éstas experiencias que el Segundo Imperio optará por una política maciza de expropiación y de aberturas, mucho más costosa que el sistema de la servidumbre de alineación, pero de una eficacia temible.

Luis Napoleón Bonaparte

Presidente de la República desde 1848, el sobrino de Napoleón I se hace emperador el 2 de diciembre de 1852 después del golpe de Estado del año precedente.Napoleón III tiene la voluntad de modernizar París. En Londres vio un país transformado por la Revolución industrial y una gran capital proveída de grandes parques y redes de saneamientos.
Repite las ideas de Rambuteau. Sensible a las cuestiones sociales, quiere mejorar las condiciones de vivienda de las clases pobres: la densidad de población en ciertos barrios acerca a 100.000 personas (Km. cuadrado), en condiciones muy precarias de higiene. Se trata por fin para la autoridad pública de controlar mejor una capital cuyos levantamientos populares derribaron varios regímenes después 1789. Propietarios mismos, en ciertos barrios reclaman vías anchas y derechas con el fin de facilitar los desplazamientos de tropas.

Avinguda de l'Ópera (1898)
La avenida de la Ópera visto por Pissaro desde la Comedia-francesa
Del 1854 al 1858, Haussmann aprovecha el período más autoritario del reinado de Napoléon III para realizar lo que sólo esta década, posiblemente, podía hacer en toda la historia de París: transformar su centro perforando una encrucijada gigantesca.
La construcción del eje norte-meridional, de boulevard de Sébastopol a boulevard SaintMichel, elimina del mapa numerosos callejones y callejones sin salida. Forma una gran encrucijada al nivel de Châtelet con calle de Rivoli: el Segundo Imperio prolonga hasta ella la rue Saint-Antoine, que Napoleón I había trazado a lo largo de las Tullerías. Durante este tiempo, Baltard acondiciona y habilita plazas de París, proyecto lanzado por Rambuteau, mientras que Isla de la Cité es afeitada y reordenada en gran parte. Sus puentes son reconstruidos u objeto de trabajos importantes.
Haussmann completa esta gran encrucijada por ejes que conectan otra vez la primera corona de bulevares al centro, tales como rue de Rennes sobre la orilla sur y avenida de  Ópera sobre la orilla norte. La calle de Reno, que debía llegar al Sena, jamás será terminada.
Haussmann persigue la obra de Luis XIV. Ensancha los grandes bulevares y construye o planifica nuevos ejes a gran escala, como el bulevar Richard-Lenoir.
Algunos de estos ejes les conectan otra vez los grandes bulevares de Luis XIV a los que van a lo largo pared de los Granjeros generales. Bulevar Haussmann y la línea derecha de ella calle Fayette, realizados parcialmente antes de 1870, aseguran un mejor trinchero del barrio(cuarto) de él Opéra a partir de los distritos exteriores. Bulevar Voltaire facilita el contorno del centro a partir de la plaza de la Nación. Sobre la orilla sur, como los «bulevares del mediodía», que pasan por ella Plaza de Italia, plaza Denfert-Rochereau y Montparnasse son demasiado alejados del centro, la idea de otra travesía este-oeste se impone. Haussmann dobla calle de las Escuelas, dibujada por Napoleón III, de su proyecto personal: bulevar Saint-Germain, que prolonga sobre la orilla sur los grandes bulevares de la orilla norte.